Conociendo Montserrat

La montaña de Montserrat tiene, indudablemente, una morfología y un carácter excepcionales. Por su peculiaridad, Montserrat se ha ganado el estatuto de joya natural y lugar espiritual y mágico por excelencia. Sus características y su posición privilegiadas han atraído todo tipo de personas y han sido motivo de disputa y controversia durante siglos.  

La joya y, aparentemente, la causa de construir una abadía en la montaña es, ni más ni menos, que la mismísima imagen de la Virgen. Según cuenta la leyenda, unos pastores encontraron una imagen de la Virgen en una cueva de la montaña. Esa imagen, dicen, pesaba tanto que fue imposible transportarla hasta un lugar sagrado, por lo que el arzobispo interpretó que debían construir una ermita allá donde se encontró la Virgen. De la ermita histórica de Santa María nacería el complejo de la abadía de Montserrat.

La imagen mítica de la Virgen se perdió y dio paso a la imagen actual de la Virgen de Montserrat, la “Moreneta”. Esta estatua, que se venera desde el siglo XII, tiene la piel negra: de ahí el sobrenombre. La estatua originalmente no se pintó de negro sino que con el paso del tiempo quedó ennegrecida por la baja calidad de las velas que la alumbraban.

Sea la leyenda cierta o no, los lugares de culto en Montserrat se empiezan a desarrollar durante el siglo IX d.C. y su fama crece paulatinamente tras convertirse en una abadía importante en el siglo XII. 

Del siglo XIV hasta el siglo XIV, la abadía vive uno de sus momentos más esplendorosos, fechando de ese período, su basílica. A pesar de convivir con el período gótico, la basílica de Montserrat se construye siguiendo el estilo renacentista. Hoy en día pocos elementos atestiguan la basílica del siglo XVI, pues las tropas napoleónicas incendiaron varias veces el recinto, dejando sólo sin quemar la nave central de la basílica.

Cien años después del incendio de 1808, Josep Puig i Cadafalch empezó la reconstrucción de la basílica y, junto a otros artistas del modernismo catalán, trabajaron en la forma de la basílica actual. Actualmente en el recinto se pueden encontrar tanto la congregación de 76 monjes, como la Escolanía de Montserrat, la escuela de canto más antigua de Europa.