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Panoramica por el mundo Gaudí

Panoramica por el mundo Gaudí

Como todo visionario, Antoni Gaudí, despertó proporcionalmente en su época el mismo nivel de ensoñación como de incomprensión. Durante toda su vida, el arquitecto del Baix Camp trabajó para hacer realidad su sueño: hacer flotar la materia y dedicar su obra a su modelo predilecta, la naturaleza.

Gaudí puede erigirse como representante de cierta modernidad finisecular en la que converge el cientifismo y la innovación técnica con una revaloración la naturaleza y una concepción “biológica” u orgánica del universo. Gaudí representa, a la vez, una asunción de la revolución industrial y a la vez una contestación al alejamiento de la naturaleza del hombre. El arquitecto se dedicó a estudiar las formas de la naturaleza, sus isomorfías y sus patrones, donde encontraba la huella de un arquitecto superior, en ese caso, Dios.

A pesar de que en la época muchos desconsideraban su obra, Gaudí fue apoyado por una gran variedad de mecenas e instituciones. Entre ellos se erige un apellido que está encadenado al artista: la familia Güell. Por el encargo de este pudiente industrial, Gaudí construyó el Palacio y el Parque Güell, así como la portería de la Finca Güell y la cripta de la iglesia de la inacabada Colonia Güell.

El nombre de los Güell acompañó al arquitecto durante casi toda su vida, por lo que recorriendo sus encargos uno podría tener una visión panorámica de toda su obra: desde el academicismo histórico hasta el naturalismo de su última época.

Además de las formas naturales, Gaudí solía firmar sus obras con la técnica del “trencadís” y con el uso de los arcos catenarios. El trencadís es la técnica con la que el artista cubría paredes y figuras (como el famoso dragón del Parque Güell), uniendo trozos de azulejos de colores. Gaudí llegó con el arco catenario a la perfección del arco y de la sujeción arquitectónica. Este puede verse en la portalada de la Sagrada Familia o en los interiores de la Casa Batlló.  

Su última obra, en construcción desde 1882, resume una trayectoria de profundidad artística y desarrollo técnico. De la Sagrada Familia, herencia del autor al mundo y expiación monumental hacia Dios, Gaudí sólo pudo ver acabada su fachada y alguno de los campanarios. El arquitecto, que murió atropellado trágicamente por un tranvía en junio del 1926, sabía que nunca vería su obra terminada. Por eso cuando le preguntaban acerca de la fecha de finalización de la Basílica, él bromeaba diciendo: “mi cliente [Dios] no tiene prisa”. La Sagrada Familia se terminará hacia el 2026, un siglo más tarde de la muerte del arquitecto.

 

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